viernes, 9 de enero de 2009

Escuelas públicas y diferenciadas


Arne Duncan es el elegido por
Barack Obama para ser el próximo ministro de Educación de los EEUU. La noticia, más que buena, es excelente, ya que Duncan defiende con firmeza la libertad de educación y, por tanto, la existencia de colegios que separan a los niños y a las niñas en clases diferentes para mejorar su rendimiento y preparación .

Obama ha elegido a Duncan porque es un respetadísimo gestor educativo, liberal de amplia trayectoria (lo que en España sería un "progre") y licenciado en Sociología de Harvard University. Si pasa la reválida y el Senado da su visto bueno, Duncan se convertirá en una pieza clave del nuevo gobierno, por su compromiso con la ley
No Child Left Behind (algo así, como "No dejar atrás a ningún niño"), impulsada por George W. Bush a propuesta de una comisión de republicanos y demócratas entre los que destaca Ted Kennedy. Entre sus principales objetivos está la mejora de los índices de rendimiento de los alumnos y las escuelas, así como la efectiva libertad de los padres para elegir centro según sus convicciones.

Obama y Duncan se conocieron en Chicago, ciudad en la que Duncan ha sido director general de la
red de escuelas públicas municipales, que son 213, el tercer mayor distrito escolar de EEUU. En sus siete años en este puesto ha adquirido fama de reformador, muy aficionado a "pisar la calle" y visitar los centros, en especial cuando se inauguraban bibliotecas escolares, una de sus grandes apuestas.

Entre las iniciativas impulsadas por Duncan también está la Urban Prep Charter Academy, un colegio público sólo para chicos del sur de la capital de
Illinois que inauguraron en 2006. La zona es de las más deprimidas de la ciudad y en ella el 96% de los alumnos son de raza negra y el 76% procede de hogares monoparentales, colectivo que tiene un índice espeluznante de fracaso escolar: sólo 1 de cada 40 afroamericanos varones de los EEUU llegan a la Universidad y terminan sus estudios. Su asistencia diaria a clase en ese barrio, Inglewood, es del 34%, porcentaje que en la Urban Prep sube hasta el 79%, según recoge su informe anual.

En abril del año que acaba de terminar, Duncan participó en un acto de esa escuela y dijo: "Sabemos que no todos los niños aprenden de igual modo... Algunos lo hacen mejor rodeados sólo de compañeros de su mismo sexo. [...] Otros necesitan internados que les permitan centrarse sólo en lo académico y otros más eligen escuelas mixtas. Nosotros creemos en la libertad y por eso facilitamos todos esos tipos de educación y otros que puedan aparecer".

A los políticos españoles -de izquierdas o de centro (no hay "derecha" en España), nacionalistas o constitucionalistas- les vendría fenomenal tomar nota de estas ideas y abandonar de una vez su caverna ideológica. La misma que les impide mirar más allá y abrir escuelas públicas diferenciadas. El éxito sería inmediato.





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