miércoles, 29 de abril de 2009

Hallmark Holiday

Se cumplen 100 días de la llegada de Barack Obama a la presidencia de los EEUU. Así que la vieja y cortés costumbre -que David Axelrod llama "Hallmark Holiday"- de no atizar al emperador durante sus primeros meses de trabajo se desvanece.

En España, el diario barcelonés La Vanguardia le da incienso, jabón y palmas. Todo a un tiempo. Lo hace también su director, Antich, en el editorial que le dedica. "Por ahora cumple con las expectativas que había despertado, tanto en el interior del país como en el exterior". Pues bueno.

En EEUU, la CNN le dedida un especial bastante completo titulado, en un derroche de genialidad, "Obama's First 100 Days" y, en FOXNews, Judith Miller se pregunta "¿Cómo lo está haciendo? Bastante bien si tenemos en cuenta el caos que heredó".

Añado más abajo la reciente intervención de Obama en Georgetown University, donde Obama ha asegurado que ve signos de recuperación económica. El signo que no vio fue el lema IHS (Jesus Hombre Salvador), propio de la Compañía de Jesús, en Gaston Hall, sala utilizada para su intervención.

No lo vio porque la Casa Blanca pidió que se tapara, ya que el líder del mundo moderno no quería ofender los sentimientos de los no católicos (en el centro de la foto adjunta se ve el sello de Georgetown y sobre él el IHS y la Cruz). Hasta ahora nadie había solicitado la desaparición del signo y eso que en tal lugar han hablado los más altos políticos y dignatarios del mundo.

Al solicitarlo, Obama cometió un error y la Universidad de Georgetown otro más grande al aceptarlo (+ sobre esta historia pinchando aquí). Más o menos del tamaño de su inclinación de 90º ante el sátrapa saudí en cumbre del G-20 de hace quince días.

De todos modos, no son los únicos que hacen estas cosas. Hace unos años otra universidad, también de ideario católico, aceptó la petición del entonces Jefe del Estado de no coincidir, en la inauguración de un nuevo edificio, con el arzobispo del lugar, que iba a bendecir las instalaciones.

Os dejo con Barack Obama, 44º presidente de los Estados Unidos de América.

lunes, 27 de abril de 2009

Gripe es tu nombre


¿Por qué llaman, querido cerdo, gripe porcina a una gripe que viene de América? Al parecer, jamás han aislado al ya famoso virus H1N1 en las carnes de ningún cerdo, cuto, macho, cochino, gorrín o, en Asturias, gochu. Acepta, pues, mis disculpas en nombre de la humana raza.

Tú, puerco de mis deseos, eres una víctima más, pobre marrano (seas ibérico o no) carente de toda culpa. Aunque sonrías con dentadura de George Clooney, tienes estos días peor prensa que Fujimori o, incluso, Fidel Castro.

Así que propongo que a esta nueva (y sospechosa) alarma mundial la llamemos
gripe americana. Ya antes tuvimos la gripe española* y también la rusa, así que ahora deberíamos rendir homenaje a los presidentes Calderón (de México) y Obama (del planeta Tierra) y concederles tener una gripe propia.

*Añado la curiosidad de que la famosa gripe española, principios del siglo XX y más de 50 millones de muertos, tuvo su origen en EEUU y no en nuestro país. El problema fue que la pandemia recibió más atención de la prensa nacional que del resto de Europa, ya que España se mantuvo neutral durante la I Guerra Mundial y no censuró la información sobre la enfermedad cuando ésta llegó procedente de Francia.

jueves, 23 de abril de 2009

Día de los libros

Hoy es el Día del Libro, San Jorge/Sant Jordi, fiesta de la lengua castellana, que me gusta más cuando se llama española.

Dicen que fue un
23 de abril cuando murieron Cervantes y Shakespeare, cada uno en su año. Vaya usted a saber.

Pero si fuera cierto y eso sirviera para que alguien, en algún lugar, comprara y leyera un libro, o fuera a la biblioteca municipal o, incluso, lo robara impulsado por el hambre (
hurto famélico, nos decían en Derecho Penal)... si este 23 de abril sirviera para eso, ya habría merecido la pena celebrarlo.

Por mi cuenta y riesgo hoy me he comprado un libro. Se titula
fcom: 50 años preparando el futuro (para ver un adelanto del contenido puedes pinchar aquí) y recoge el medio siglo de vida de la primera facultad de periodismo de España, la de la Universidad de Navarra.

Precisamente ayer se presentó en la Asociación de la Prensa de Madrid con gran afluencia de público y ponentes de primera: Antonio Fontán (su primer decano y en 1977 primer presidente del Congreso democrático español), Iñaki Gabilondo o Covadonga O'Shea.

Y ya que Obama habla de sus hijas, y ZP habla de sus hijas y Rajoy tiene en su cabeza a una niña (que bien pudiera ser la del exorcista), yo también me pongo hortera y hablo de mi hija mayor, Graciela, que mientras escribo estas letras me llama por teléfono para decirme que ha oído en la tele que hoy hay que comprar un libro por ser el Dia del Libro. Y que quiere el tomo IV de Torres de Malory
, de la legendaria Enid Blyton.

Seguro que estaba viendo La 2. ¿O no?

jueves, 16 de abril de 2009

Por la izquierda

Los ingleses siempre me han llamado la atención por esa costumbre tan suya de hacer las cosas al revés. Hablan al revés, conducen al revés y cuando la niebla impide navegar por el canal de La Mancha dicen “Europa ha quedado aislada”. Poco importa que los aislados sean ellos, el hecho es que le dan la vuelta a la realidad.

Entre sus maniáticas tradiciones (como el té con scones o la Familia Real) me encanta la de conducir por la izquierda. Esta costumbre no es exclusiva, ya que un tercio de la población mundial les imita. Entre otros, Japón, la India y Australia.


El origen de ir por la izquierda está en los caballos, que durante siglos fueron el transporte universal. Al ser la mayor parte de la población diestra, lo natural para montar al rocín era ir por el costado izquierdo. Por tanto, se eligió ese lado para circular, ya que lo lógico era subir y bajar del animal a un lado del camino –el izquierdo–, y no en medio de él.


Más tarde, llegaron los coches de caballos, pero las cosas siguieron igual. Los conductores llevaban las riendas con la zurda y con la diestra el látigo, que de ese modo quedaba en el centro de la calzada. Si hubiesen circulado por la derecha, al azotar a los animales los peatones corrían el riesgo de recibir algún latigazo.


A finales del siglo XVIII las cosas cambiaron. Ocurrió cuando en Francia se obligó a los transportes de mercancías a transitar por la derecha. Esos coches carecían de asiento para el conductor, que solía ir montado en el último caballo del lado izquierdo para fustigar a la recua. Sin embargo en esa posición veían mal a los carruajes que se cruzaban con ellos. Así que el tráfico pasó gradualmente a la derecha para mejorar la visibilidad y evitar accidentes.


Con Napoleón, ese amante de la libertad, se impuso el nuevo modelo a los países conquistados. EEUU imitó a los franceses para dejar claro que hasta en eso eran independientes de Gran Bretaña. En otros países se dieron curiosidades, como en Canadá, donde se circulaba por la izquierda en la zona anglófona y por la derecha en la francesa (Québec). Mientras tanto, los italianos, siempre creativos, decidieron que cada uno hiciera lo que quisiera mientras avisara antes. Por eso a la entrada de las ciudades se aclaraba por qué lado se conducía.


Poco a poco los vehículos comenzaron a motorizarse y el látigo desapareció. Entonces muchos países se pasaron a la derecha, ya que era más cómodo cambiar de marchas con esa mano. En España la obligación llegó en 1924 y en Austria en 1938, cuando los nazis unificaron el tráfico de todo el Reich.

El último cambio en el sentido de la circulación ocurrió en Suecia en 1967. En esa época, la mayor parte de los vehículos eran de importación y tenían el volante a la izquierda (es decir, un peligro). El 3 de septiembre de ese año el gobierno organizó un referéndum para respaldar el cambio, pero la consulta salió al revés y un 83% de los suecos votaron seguir conduciendo por la izquierda. Como el resultado no les gustó, los políticos lo ignoraron, pero ese día pasó a la historia sueca como Högertrafikomläggninge Dagen, que parece que significa “día del cachondeo de conducir por la derecha”.

Hoy los suecos conducen como todos los europeos…Todos menos los ingleses, claro, que siguen yendo por la izquierda.

domingo, 12 de abril de 2009

Dios y las aceitunas

Allá por los ochenta vi una pintada en los muros de un instituto que tenía mucho fondo (la pintada, no el instituto). Decía así: “Jesucristo resucitó… ¡y mi padre aceitunero!”. Durante unos días le estuve dando vueltas a la frase, que no era capaz de entender del todo. Como me gusta el peligro acudí a un jesuita de Jaén en busca de respuestas. “Es cura y andaluz, así que sabrá olivos y de Dios”, pensé.

Pese a la insolencia, la pintada le hizo gracia porque demostraba que el autor de la burla había entendido qué era el Cristianismo. Con todo, puso cara de San Pablo y me repitió aquello de que si Cristo no había resucitado, vana era nuestra fe y tal y cual. Terminó añadiendo, con frescura, “A muchas personas la resurrección les parece un cuento chino. Si vas a creer en ello, es conveniente que sepas explicarlo”.


Antes de decidir si creía o no “en ello” me puse a leer (sana herencia de mi padre que creía a la manera de Sinatra, es decir, a su manera). Entonces no existía in
ternet, así que opté por lo de siempre, la biblioteca municipal, que era (y es) lo más parecido al Veritatis Splendor. En Gijón ocurría que la sede del Banco de España –con sus enormes columnas y hornacinas huecas– había sido cedida al ayuntamiento, que tuvo el buen criterio de convertirla en biblioteca. No sin antes limpiar sus paredes de reflexiones antisistema del tipo “Libros sí, dinero no” o “Kultura contra el Kapital”.

En aquella época, para encontrar un libro había que bucear en las fichas de autores, nada de las mezclas promiscuas de Google. En el archivo, sólido y de madera, encontré varios títulos con los que saciar mi curiosidad acerca de la resurrección. Obviamente, las fuentes no podían ser católicas, que para eso ya tenía a mi madre, dominadora legendaria de la Historia Sagrada (de la que un tío abuelo anarquista, con carné de la FAI, decía que ni era historia ni era sagrada).

Descubrí entonces que otros habían resucitado antes que Jesucristo. Por ejemplo, el dios Osiris, tan ligado al río Nilo y sus crecidas, y en Persia el dios Mittra, divinidad solar que nace y muere cada día. También supe que ya en el Antiguo Testamento había resurrecciones, sobre todo de niños, y que los Evangelios no eran muy originales en cuanto a re-animar (literalmente, dar de nuevo el alma), ya que Jesús había resucitado a su amigo Lázaro, al hijo de Jairo y también al de la viuda de Naim (que era una aldea y no un judío del siglo I, como yo pensaba).

De todos modos, la verdadera resurrección era la del propio Jesucristo, el Hijo de Dios vivo, según la vieja fórmula del bruto y bueno de San Pedro. Ese es el misterio central de la fe, el día grande para los seguidores de aquel rabbí nazareno crucificado hace dos mil años.


“Sin resurrección todo habría sido un fracaso. Sin sepulcro vacío no merecería la pena dedicarle un minuto a este asunto” me había dicho el jesuita andaluz. “La fe se tiene o no se tiene. Ahí poco puede hacerse. Donde hay un amplio campo es en el deseo de saber, de conocer la Verdad.” Es decir, de buscar a Cristo, de encontrar a Cristo y, ya puestos, de amar a Cristo.

¿Suena ñoño? Quizá sí, pero es lo que hay…mal que le pese a mucho reprimido espiritual con brocha empeñado en decir que su padre es aceitunero.

martes, 7 de abril de 2009

¿A dónde irá Federico?

Adiós al gran provocador. Adieu. Good Bye.

Lo que comenzó como soplo de aire fresco en la escuela de Antonio Herrero pronto derivó en rayos y centellas y, en los últimos tiempos, en huracán descontrolado y peligroso. Sobre todo para los que le pagan, léase Conferencia Episcopal.

Así que Federico Jiménez Losantos prepara ya las maletas para irse de la COPE. Con él desparecerá, probablemente, César Vidal (y su equipo de negros escribanos) más un buen puñado de millones en publicidad. Pero por fin alguien ha dicho "basta" y se termina la paradoja de que los dos comunicadores (o lo que sean) de la cadena de radio católica sean, respectivamente, un agnóstico ex-comunista y un protestante en pleno uso de su influencia.

De Jiménez Losantos quedará su lengua quevediana, violenta y mordaz. También su crítica aguda y demoledora contra las dictaduras (especialmente, la cubana), contra la violencia sexista o contra los manejos del Poder (y la Oposición, si la hubiera o hubiese). Pero también será imposible de olvidar su amor por la injuria (5 sentencias en contra) y la exageración o su afán por poner y quitar políticos (abomina de Gallardón, su enemigo íntimo, y promociona a Rosa Díez con su laicista UPD) .

De Losantos es llamativa su nómina de amigos. Unas son personas moderadas y cabales, como Carlos Alberto Montaner. Otras, esperpénticas, como Alaska y su acompañante Vaquerizo. Con algunas más tiene una relación simbiótica sonrojante (por ejemplo, con PJ Ramírez) y como descubridor de talentos (tipo Dieter Brandau, actual director de Libertaddigital TV) es un fracaso.

El problema que se avecina a la COPE es encontrar un sustituto con tirón que garantice los ingresos, única razón por la que han mantenido a Jiménez Losantos en antena. Él solito aporta 3/4 partes del presupuesto de la cadena, aunque van decreciendo a la par que Federico ha perdido su segundo puesto en las audiencias. Con todo, supera el millón y medio de oyentes.

Si colocan en su lugar, como parece, a Ignacio Villa (actual director de informativos COPE) tendremos la misma saña, pero con menos gracia y menos cultura. Si ubican en el micro de La Mañana a Cristina López Schlichting el hundimiento está garantizado, ya que Francino (SER) y Herrera (Onda Cero) se la comen con patatas. En la recámara sólo queda Luis Herrero, del que heredó Losantos en su día, pero que parece estar de vuelta de todo -ácido y desmañado- tras etapa en Bruselas como eurodiputado del PP.

En cualquier caso, la marcha de Losantos es una buena noticia para el periodismo. Desde la próxima temporada no habrá un fin del mundo cotidiano, un insulto permanente, un odio a lo ajeno en una emisora con ideario católico. No estará... o sí, ya que Alfonso Coronel de Palma (presidente del Consejo de Administración de la COPE y de la Fundación San Pablo-CEU) le ha ofrecido quedarse compartiendo mesa y mantel con César Vidal en La Linterna, programa nocturno que ya dirigió Jiménez Losantos.

Atento al quite anda PJ Ramírez y su Unidad Editorial, dispuesto a hacerle una faena de aliño y dar al turolense un micrófono en alguna de sus nuevas emisoras. La última, concedida por Esperanza Aguirre para la CAM hace unos pocos días.

Veremos qué ocurre y si este cese es el parto de los montes. Hasta entonces, que tanta paz lleves, Federico, como la que dejas.

sábado, 4 de abril de 2009

No se lo digas a Mamá

Mariló Montero es una periodista navarra afincada en Sevilla ("flamencona" como ella se dice).

Hace unos días publicó en esa ciudad un cabal y desolador artículo de opinión que, como se decía antes, "no se lo salta un gitano" (expresión simpática que reconoce las habilidades atléticas de ese pueblo escurridizo y artista).

Lo posteo porque alimenta.

Me gustaría saber la identidad de los nueve expertos en los que la ministra Bibiana Aído se escuda para defender que una niña de dieciséis años puede abortar sin consultar con sus padres. Me gustaría saber de qué son expertos y si son padres y madres. Me gustaría saber en qué se fundamentan para decir que dejar tan dramática decisión en manos de una adolescente aterrada es lo mejor para ella. Me gustaría saber si se han parado a pensar que esa criatura, tras mantener una relación sexual precipitada, va a empezar a sufrir lo que la literatura científica ya ha diagnosticado ante un aborto.


El síndrome de aborto reúne quince síntomas psicológicos que van desde la angustia al sentimiento de culpabilidad, la ansiedad, los terrores nocturnos, la depresión, los trastornos de alimentación o de la vida sexual. Síntomas que pueden llegar a aparecer, dicen los psicólogos de la Asociación de Víctimas del Aborto, incluso años después de haber abortado. Me gustaría saber con qué valor lanza la joven ministra Aído, con una sonrisa, como quien anuncia un anticonceptivo novedoso, que una niña de dieciséis años está tan capacitada para abortar como para casarse.


Una niña de dieciséis años no está capacitada para abortar ni para casarse, por mucho que se esté normalizando lo que son parches en la vida. Una cosa es que lo haga y otra bien distinta la sacudida que la vida le da a una adolescente casada, quien sale adelante gracias a los apoyos de la familia.


Me gustaría saber quién le va a informar a una adolescente de dieciséis años de que si se queda preñada puede abortar sin decírselo a los padres y también en quién se va a apoyar ante semejante circunstancia. ¿En la mamá-administración, o en su mejor amiga, con la que intercambia los vaqueros e inventa en su habitación coreografías de Beyoncé?


Me gustaría saber si esos expertos conocen lo que es ser padres y las complicaciones a las que nos enfrentamos para conquistar la confianza de nuestros hijos en la difícil adolescencia.


Me gustaría saber el protocolo de actuación que se llevará a cabo cuando una niña de dieciséis años acuda al centro para abortar y cómo será tratada. Me gustaría saber qué pretenden con esta propuesta de ley, que autoriza a que se rompa la confianza entre hijos y padres.


Y me gustaría saber qué se pretende de los padres el día que nuestra hija decidiera abortar en soledad. ¿La recibimos con un aplauso? ¿Le damos sopa caliente? ¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre? ¿O quién habría sido el padre? ¿Debemos obviar el tema, o celebrarlo con una barbacoa? ¿Trae esas instrucciones la nueva reforma de la ley del aborto?


Una cuestión más: ¿meterán en la cárcel a una madre que le discuta esa decisión a su hija adolescente? O es la ley del "no se lo digas a mamá porque no la necesitas". Señorita Aído, me gustaría saber si mi hija ha abortado sola.


Porque soy su madre.

jueves, 2 de abril de 2009

Crónicas perplejas (y 5)

1. Guerra sucia en el espacio. Los astronautas americanos no dejan al cosmonauta ruso Gennady Padalka usar el nuevo retrete made in USA que han instalado en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés).

Padalka, que será comandante de la ISS en mayo, considera ofensivo que los rusos sólo puedan usar su viejo retrete siberiano. "Cuando sea comandante se van a enterar", ha dicho a The Guardian "y que ni se les ocurra pedirnos la bicicleta estática. Los estadounidenses usan en exclusiva el nuevo váter (neologismo), que es mucho más cómodo y lujoso que el nuestro".

Los americanos, por su parte, aseguran que los rusos les cobran por todo y que han llenado la ISS de "turistas espaciales" que dejan el WC hecho un asco. En la fotografía de Reuters, de izquierda a derecha, el ruso Padalka, el turista Simonyi y el astronauta estadounidense Barratt, antes del lanzamiento cuando la guerra sucia aún no había comenzado.

2. Un informe del Center for Consumer Freedom (CCF) revela que la protectora People for the Ethical Treatment of Animals (Gente por el Trato Ético a los Animales, PETA en inglés) se deshizo de 95% de los animales domésticos que estaban a su cuidado durante 2008.

En concreto, sacrificó a una media de 5,8 animales domésticos diarios en Norfolk, donde tiene su sede.

Según información del Departamento de Agricultura y Servicios del Consumidor del Estado de Virginia, PETA liquidó a 2.124 animales domésticos el pasado año y tan sólo logró colocar a 7 mascotas en adopción.

Desde 1998, 21.339 perros y gatos han muerto a manos de los trabajadores de PETA, que en España es famosa por sus manifestaciones antitaurinas nudistas, en especial la que hacen cada año en Pamplona durante los Sanfermines.

3. Un matrimonio alemán se divorcia a instancias de la esposa porque su marido, albañil, se pasaba el día recogiendo la casa y ordenando los muebles. El juez de familia Christian Kropp declaró a la prensa que nunca había visto un caso igual en toda su carrera como mediador en conflictos de pareja.

Tras 15 años de matrimonio la esposa se hartó de que su marido se inmiscuyese en las labores del hogar y que asumiera obsesivamente las tareas de limpieza. La gota que colmó el vaso llegó hace dos años cuando, tras regresar de un viaje, la esposa se encontró con que el marido había redecorado completamente la sala de estar, derribado un tabique y levantado una nueva pared sin consultarle.

Durante el divorcio, el hombre argumentó que detrás de un armario surgía mal olor y que al moverlo comprobó que la pared estaba enmohecida, por lo que tiró los muebles, derribó la pared y redecoró toda la sala.

4. Otro albañil, en este caso asturiano, decidió pintar su habitación del Hospital Comarcal Carmen y Severo Ochoa, centro en el que se hallaba ingresado por una afección cardiaca.

El buen hombre se encontraba internado en una habitación pintada de blanco, pero que tenía desconchones y humedades. Entonces, sin pensarlo dos veces, llamó a tres de sus empleados y les dio orden de que pintaran la habitación.

Los obreros acudieron vestidos de calle y accedieron sin problema alguno. Tras llegar a la habitación se cambiaron de ropa, prepararon sus brochas y se pusieron manos a la obra. En 15' el lugar estaba como nuevo. Las paredes volvían a lucir un blanco radiante.

Una enfermera. perpleja, pidió explicaciones al albañil que aseguró que ya lo había hablado con el cardiólogo. "Todo está bajo control, señora". La excusa no sirvió de mucho, ya que el eficaz enfermo tuvo que disculparse ante el director del centro... no sin antes ofrecerle «si usted quiere pintamos el hospital completo». Los asturianos somos así. Grandones.

miércoles, 1 de abril de 2009

Hotel de mil historias

Rafael Moreno es un romántico. Basta hablar con él dos minutos para darse cuenta. Incluso con uno sólo alcanza. Hace unos días me lo encontré en el Café Iruña, refugio obligado de pamploneses de toda la vida. Era sábado y lucía un sol extravagante, impropio de esta primavera escocés que sufrimos.

Rafa iba elegante, como siempre, pausado en las formas y cabal en el fondo. Hablamos un rato y una vez más me maravilló comprobar que es un hombre que ha hecho realidad su sueño: restaurar la casa de sus antepasados y abrirla de nuevo a todo el mundo. Una casa que se levantó para ser hotel en la Plaza del Castillo 1, puro corazón de Pamplona la Vieja, lugar donde él nació.

Desde su construcción en 1881 los Graz-Moreno regentaron el Hotel La Perla, que ahora es un cinco estrellas recuperado a mayor gloria de la capital navarra. Sus paredes son historia viva de otro tiempo y, si hablaran, contarían muchas cosas de sus visitantes. Revelarían quizá los secretos de Orson Welles por las callejas pamplonicas, hubiera encierros o no. Acaso nos envolvería la música de Pablo Sarasate, que vivió a temporadas en el hotel y que tocaba el violín en el balcón para entretener a los viandantes, o tal vez repetirían los andares desmañados de Charlot, alojado allí con el nombre de Charles Chaplin.

La magia de La Perla no está, ni mucho menos, en que haya tenido como huéspedes a grandes personalidades, sean Alfonso XII o el marqués de Lozoya, Eugenio d’Ors o el Aga Khan. Para eso hay hoteles que pueden lucir más galones. El encanto de La Perla está en que cada habitación, bautizada con el nombre de alguno de sus ilustres visitantes, conserva recuerdos de todos ellos, ya sean fotografías suyas en el hotel, algunos muebles que conocieron o, simplemente, las vistas que disfrutaron.

Gracias a esto es posible asomarse a la calle Estafeta desde balcón que usaba Hemingway –del que este año se cumple medio siglo de su última visita– para ver el encierro o admirar el primer ascensor que tuvo la capital navarra, el mismo que esperaba Manolete para subir al cuarto tras sus faenas en la Monumental de Pamplona.

Porque La Perla fue también hotel de toreros legendarios. De Belmonte a Cayetano Ordóñez pasando por Lalo Moreno, matador navarro, que en óleo y traje de luces preside con empaque el restaurante, conocido popularmente como “Las Pocholas” en homenaje a las hermanas Guerendiáin. Ellas fundaron el Hostal del Rey Noble, antaño situado en el Paseo Valencia y hoy convertido –para dolor de los pamploneses, entre los que quiero contarme– en una mustia caja de ahorros. Vasca para más señas.

Lalo, que es hermano de Rafael y fue un novillero con casta, tomó la alternativa en Tafalla de manos de El Niño de la Capea. Sin embargo, quijote por vía paterna, se cortó la coleta ese mismo día. Sólo por ese gesto tiene bien ganado su lugar en el Cossío. Por ese gesto y también por el refrán que, discreto como buen Moreno, tanto le gusta: Bien vive quien bien se esconde.

Así que esta es la historia de un hotel con mil historias. Una casa generosa imaginada por Víctor Eusa que engrandece Pamplona porque conserva el alma de la ciudad y que la embellece y se la cuenta con cariño y palabras mudas a todo el que traspasa sus puertas.

Gran Hotel La Perla. Tres siglos, cuatro generaciones, cinco estrellas.


Publicado en OSACA (dominical del Diario de Burgos) el 15 de marzo