viernes, 2 de diciembre de 2011

España-Cuba: nueva agenda exterior

Publicado el 2 de diciembre en el 
Servicio Informativo del Cuban Transition Project. 
ICCAS-University of Miami

Encuentro de Rajoy en 2010 con disidentes cubanos
Mariano Rajoy, presidente electo de España desde el pasado 20 de noviembre, sigue en silencio. Él es un político resistente que ni desvela sus cartas ni quiere ofender. Ni dentro ni fuera de su formación, el conservador Partido Popular (PP).
Mientras tanto, los candidatos a ministro y las teorías sobre la acción política de Rajoy se suceden a toda velocidad. También, por supuesto, en el campo de las relaciones exteriores, con especial y forzosa atención a Europa por la descomunal crisis económica. No en vano el programa electoral popular en este campo se titula “Política europea y proyección exterior”. Primero, Europa. Después, los demás.
Sin embargo, tanto la dimensión atlántica (EEUU, Canada y la OTAN) como la latinoamericana son importantes para Rajoy. De hecho, el PP asegura que Iberoamérica está en su ADN político y cita a continuación a un solo país “por sus especiales dificultades para tener contacto con el mundo libre”: Cuba.
Esta alusión se debe probablemente a Jorge Moragas, diplomático de carrera y coordinador de Relaciones Internacionales del PP, buen conocedor de realidad cubana. Moragas, que fue expulsado de la Isla en 2004 por intentar reunirse con los opositores Oswaldo Payá y Blanca Reyes, es quizá el principal asesor de Rajoy para asuntos americanos y defiende con fuerza la “cuestión cubana” como una de las banderas de su partido.
Sin embargo no siempre fue así. Recuérdese, por ejemplo, cómo el histórico fundador del PP, Manuel Fraga, ha mantenido una sorprendente sintonía con Fidel Castro, continuadora de las buenas relaciones de Franco con el dictador cubano.
Ese doble juego del PP desapareció por completo en 1996, año del triunfo de José Mª Aznar (por cierto, nieto del director del Diario de La Marina en la década de 1920, Manuel Aznar). Pero en 2004 la dictadura recibió de Rodríguez Zapatero un respaldo desconocido desde la década de 1980. Su ejecutor fue el ministro Miguel Ángel Moratinos, de grato recuerdo para los comunistas cubanos
Durante los últimos siete años han sido innumerables los actos y comunicados del PP en apoyo de los disidentes cubanos. No sólo a nivel nacional, sino tambien en la Unión Europea (apoyando el Premio Sajarov de DDHH para Oswaldo Payá o Guillermo Fariñas) y en su think tank –la Fundación FAES-. Por tanto, con el reciente cambio de gobierno que apoyaron 11 millones de españoles, Cuba pierde a su principal aliado en Europa.
Las consecuencias inmediatas serán tres: el cambio de embajador en La Habana; más apoyo público a los disidentes (por ejemplo, con las invitaciones a la fiesta nacional del 12 de octubre en la embajada); y, en especial, el impulso a la Posición Común europea, promovida por Aznar en 1996 para acelerar “la transición hacía la democracia y el respeto por los derechos humanos […] y la cooperación con todos los sectores de la sociedad cubana”.
Sin duda el eje de la agenda exterior de Rajoy será el consenso con los socios europeos. Quiere así recuperar la visibilidad en los asuntos internacionales y Cuba (y América Latina por extensión) es un espacio en el que España debe recuperar un protagonismo acorde con su historia y presencia económica. Sin embargo, el estilo de Rajoy será diferente al de Aznar. De hecho, sus alusiones a Cuba o Venezuela durante la campaña electoral han sido mínimas. Temeroso quizá de movilizar al electorado socialista radical, ahora refugiado en Izquierda Unida (IU, comunista).
Sin duda Rajoy –pese a contar con una amplia mayoría absoluta- buscará en el asunto cubano alianzas con otros grupos. Incluso sería conveniente que planteara una “Posición Común” de los partidos políticos españoles. Ahí encontraría el apoyo del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y del catalán Convergencia y Unión (CiU). En el primero, de la mano del senador Iñaki Anasagasti (venezolano de nacimiento) y en el segudo con el diputado Jordi Xuclà, ambos decididos partidarios de la democracia en Cuba. Incluso tendría el respaldo del progresista UPyD (que tiene cinco diputados) y con el parlamentario de Unión del Pueblo Navarro, Carlos Salvador, y el de Foro Asturias, Álvarez Sostres, recién llegado a la Congreso.
Se demostraría así que el rechazo a la dictadura cubana no es un asunto exclusivo del PP, sino que une por igual a conservadores y progresistas; nacionalistas y constitucionalistas. ¿Quién se queda fuera de esta alianza? Obviamente, el PSOE, los ecologistas (Equo-Compromís) e Izquierda Unida, cuyo diputado más combativo es el médico asturiano Gaspar Llamazares, que realizó una maestría en La Habana sobre Salud Pública costeada por el régimen).
Tras la elección del nuevo secretario general socialista en febrero de 2012 se sabrá si el PSOE mantiene su conocida alianza con el régimen cubano o, por el contrario, hay un acercamiento a las tesis democratizadoras del PP. Con ellas han simpatizado históricos políticos socialistas como Jesús Yáñez (expulsado de Cuba en 2008) o el ex presidente del Congreso, Juan José Laborda, pero son una exigüa minoría dentro de ese partido.
Cartel contra Aznar en Centro Habana
Hoy es indudable que Rajoy modificará la política exterior y que lo hará sin estridencias. El nuevo presidente español odia el conflicto público y aún tiene presente la gigantesca manifestación de 2003 donde medio millón de cubanos sitiaron la embajada española para insultar a Aznar, al que Fidel Castro bautizó como “el führercito del bigotico”.  
Para la próxima legislatura, la prioridad de España está en Bruselas (UE) y Berlín, no en La Habana. Esto lo confirma el perfil de los “ministrables” para canciller: Rodrigo Rato (ex presidente del FMI y ex ministro de Economía con Aznar) y Miguel Arias Cañete (abogado del Estado y eurodiputado durante 13 años). Curiosamente, ambos son antiguos alumnos de los jesuitas de Chamartín (Madrid), donde tuvieron como profesores a algunos sacerdotes expulsados de Cuba en 1961.
Pese a todo, Rajoy ha declarado que la primera persona en conocer los nombramientos será el Rey, por lo que hay otros candidatos a ese cargo (como el ex ministro de Exteriores Josep Piqué o el cabeza de lista por Barcelona, Jorge Fernández Díaz). Sin embargo, no es descartable que, a última hora, Rajoy se decante por un nombramiento sorpresa, tipo Francisco Millán, diplomatico y eurodiputado experto en las relaciones UE-EE.UU., cuyo nombre gana fuerza por su cercanía personal a Rajoy.
En síntesis, el próximo presidente español ejecutará una política  previsible con Cuba basada en la petición de elecciones libres, el respeto de los derechos humanos y el apoyo pleno a la oposición democrática. Pero evitará los choques frontales con los Castro, política que contará con el respaldo de Alemania y Francia, claras defensoras la Posición Común de la Unión Europea. En esa estrategia España se apoyará sin duda en la Iglesia católica cubana, único interlocutor organizado e independiente.
Por su parte, La Habana colocará a España nuevamente en el grupo de potenciales enemigos. Podrá así justificar el cierre de filas y la falta de apertura política, pero las tensiones bilaterales será menores. Rajoy sabe que la dictadura cubana se mueve mucho mejor en la confrontación, ya que fortalece su lógica del “enemigo externo" y le permiten exhibir un nacionalismo pueril, pero eficaz internamente.
De modo que España hará de la necesidad virtud y no reconocerá la cuestión cubana como prioritaria. Quizá sí retóricamente, pero no con medidas novedosas, más allá de las que se pacten en Bruselas. Es decir, el nuevo gobierno del PP intentará defender los intereses españoles en Cuba (Madrid es el tercer inversor tras Venezuela y China con unos 1.000 millones € en comercio bilateral), pero sin olvidar la defensa de los valores democráticos.

viernes, 25 de noviembre de 2011

25 años tendiendo puentes

lunes, 31 de octubre de 2011

Me gusta Halloween


Ya está aquí la fiesta de Halloween, que en los EEUU se vive con una intensidad difícil de compartir. Las casas, las calles, los comercios y la publicidad postal se dedican a la noche de Halloween, que lo inunda todo.

Con cierta morriña recuerdo tal día como hoy en Washington mientras hacía la compra en el supermercado y cómo regalaban calabazas naturales si gastabas más de 100 $. O productos sorprendentes del tipo papel higiénico con esqueletos y fantasmas. En los colegios americanos se habrán hecho estos días desfiles con los niños disfrazados y en Georgetown las fiestas duran todo el fin de semana, proyección incluida de "El Exorcista", que fue rodada en parte en la universidad y su incomparable entorno.

En estos días me han llegado algunos correos previniéndome de que esta fiesta es demoniaca, que ensalza una cultura de la muerte y que descristianiza la sociedad. Tambien la Conferencia Episcopal habrá publicado su tradicional nota preventiva acerca de los efectos negativos de Halloween, con crítica a los padres que permiten que sus hijos se disfracen de vampiros o brujas.

Asi que, como hay opiniones para todos los gustos, voy a dar la mía: la fiesta de Halloween me parece un carnaval en pleno otoño, otra fiesta más en la que gastar dinero y pasar el rato. No veo nada malo en que los niños, sean españoles o americanos, vayan de casa en casa amenazando con el famoso Trick or Treat. Es más, toda esta mascarada es compatible con las creencias cristianas si se le sabe dar la vuelta a la pantomima que se ha inventado a su alrededor.

Por eso muchos niños que van a salir esta noche de lunes a pedir caramelos y pasar algo de miedo. Irán con sus padres por las calles y, unos cuantos, a misa el martes para recordar a todos los santos. Sin más problemas ni excesos.


Los adolescentes y universitarios, por su parte, no necesitan de Halloween para hacer las cosas propias de su edad: beber, salir y explorar los límites que tengan sus reglas sociales o su moral. El que crea en demonios y espíritus estará feliz con el decorado de cartón piedra que se desplegará este fin de semana. El que sólo busque una excusa más para excederse la tendrá a mano.

Lo que me parece sorprendente es que se critique Halloween por ser una fiesta "ajena" a nuestra tradición cultural. No será tan ajena cuando la palabra "Halloween" deriva del del inglés antiguo "All Hallows' Even" (es decir, "Vispera de Todos los Santos", por eso se celebra la noche del 31 de octubre). En cualquier caso, igual de ajena, digo yo, que el turrón navideño (que es un dulce que llevaron los moros a España), las hogueras de San Juan (que festejaban la llegada del verano), las fiestas de la cosecha (con el primer trigo recogido se hacia el pan eucarístico) o los curas casados, como los  que el Papa recibió hace un par de años por estas fechas (Rome Sweet Rome). Laus Deo.

A mí lo que me no parece propio de mi tradición cultural es la sucesión de pelotazos urbanísticos, la corrupción política, el matrimonio gay y las dictaduras. El cristianismo, por el contrario, tuvo desde sus origenes un enorme poder de absorción de las fiestas paganas y uno de sus grandes avances fue la inculturacion, que era la adaptación de las ensenanzas de la Iglesia a sociedades que no conocian a Jesucristo. Recuerdo bien el impacto que me produjo ver en el castillo de San Francisco Javier a la Sagrada Familia con cara de japoneses, pintados en el siglo XIX por encargo de los misioneros jesuitas.

En muchos casos la Iglesia adaptó costumbres ajenas a la fe, pero que servían para explicar las verdades esenciales de los cristianos. Con el paso del tiempo, esas costumbres también influyeron en el cristianismo, que se aceptaron así de modo natural en las zonas de misión.


San Pablo, por ejemplo, fue a predicar a los griegos al areópago y no se quedó esperando a que vinieran a verle al negocio familiar de tiendas para decirles quién era el verdadero Dios. Y los escolásticos no tuvieron problemas en leer y estudiar a autores precristianos como Aristóteles para buscar las semillas de la Verdad que habia en su filosofía.

Por eso, lo que se aparta de la tradición católica es la actitud defensiva que se observa en las declaraciones críticas a Halloween que, nos guste o no, ya es parte de nuestra cultura. Igual que los partidos de la NBA, las hamburguesas,  o el cine de Hollywood. Todo eso convive con nuestros churros, los toros y el 12 de octubre, que tambien se celebra en los EEUU con el nombre de Columbus Day.

Hoy la cultura occidental también se ha globalizado y hay que dar un paso adelante en el diálogo entre la fe y la cultura. Y si dejamos Halloween en manos de iluminados y grandes almacenes (igual que, por ejemplo, se deserta de los Sanfermines), llegará un momento en el que será imposible aprovechar una "tradición" que ya es imparable. Aprovecharla, por ejemplo, para hablar del sentido de vida y de la muerte y de lo que sigue (¡ah! viejas y olvidadas postrimerías). Con espíritu apaciguado y los deberes del alma hechos. Es decir, en Gracia de Dios.

En fin, termino ya, que tengo que enchufar mi Jack-o'-lantern en la ventana y preparar mi disfraz de esqueleto (unico día del año en el que volveré a estar delgado).

viernes, 28 de octubre de 2011

El honor de ser doctores

Ayer se celebró en la Universidad de Navarra la investidura de tres nuevos doctores honoris causa: el pintor hiperrealista español Antonio López; el cardenal húngaro e historiador Péter Erdö y el catedrático estadounidense de la Universidad de Nueva York, Joseph H. Weiler




 

viernes, 21 de octubre de 2011

¿Es el matrimonio cosa de blancos?

La pregunta del título es incorrecta, suena mal y probablemente sea falsa. Sin embargo, invita a la reflexión. Al menos eso pensó Ralph R. Banks, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford, donde se ha especializado en asuntos relativos a la raza y las desigualdades.

"He escrito este libro para intentar comprender por qué, durante medio siglo, los afroamericanos se han convertido en el grupo social americano que menos se casa y el que más se divorcia".

Ralph R. Banks en Stanford
Según el autor, una de las razones está en el fracaso de los varones negros (1 de cada 10 está en la cárcel y sólo 1 de cada 10 se gradúa en la universidad) y el relativo éxito de las mujeres de esa raza, que son más ambiciosas, más responsables y más aplicadas en sus estudios.

Banks asegura que estamos en la etapa histórica de menos matrimonios entre personas de color, que prácticamente son la mitad que entre blancos. Y agrega que incluso en tiempos de la esclavitud un niño tenía el doble de posibilidades de crecer junto a su padre y madre que en la actualidad.

Un libro interesante que dará que hablar (más información aquí).


martes, 18 de octubre de 2011

Otro mundo es posible

El 20 de noviembre se celebran Elecciones generales en España. Hasta el momento, todos los sondeos otorgan al Partido Popular (liberal conservador) mayoría absoluta (pulse aquí para ver sondeos) y un desfondamiento histórico del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Ambas formaciones son las únicas que pueden aspirar a formar gobierno y, también ambas, han centrado su discurso político en las cuestiones económicas y de empleo.


Sin embargo, hay otros asuntos que merecen ser tenidos en cuenta en el momento de votar. Asuntos donde nos jugamos mucho más que la salida de la crisis.




jueves, 6 de octubre de 2011

Una tarde con Sócrates. Una tarde con Jobs.

Ha fallecido Steve Jobs, emprendedor, inventor y uno de los fundadores de Apple. Si fuera por los políticos y los medios de comunicación hoy mismo lo canonizarían. (¿Santo subito? ¿Santo Job(s)?). Al menos, lo embalsamarían al estilo Lenin y levantarían un mausoleo en Cupertino (CA, EEUU).

Más allá de sus méritos profesionales -que tampoco conozco en detalle- una sola frase de Jobs me cautivó: "I would trade all of my technology for an afternoon with Socrates"(Cambiaría todos mis inventos por pasar una tarde con Sócrates). Esa reflexión fue suficiente para interesarme por él. La publicó Newsweek en 2001.

Por eso publico aquí el Discurso de Graduación que Jobs impartió en Stanford University  el 12 de junio de 2005. Un ejemplo de oratoria, por su sencillez, por su estilo y por su carga emocional. Al final, como decía Pascal, cuanto más talento tiene un hombre, más se inclina a creer en el talento ajeno.

"Me siento honrado de estar con vosotros hoy en esta ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me licencié. La verdad, esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria.

Hoy deseo contaros tres historias de mi vida. No es gran cosa. Sólo tres historias. La primera trata de conectar puntos. Me retiré del Reed College a los seis meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses más antes de abandonar los estudios. ¿Por qué lo dejé? Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven estudiante de universidad, soltera, que decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: "Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?". Ellos contestaron: "Por supuesto".

Cuando mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado en la universidad y que mi padre tampoco tenía el graduado escolar se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres le prometieron que algún día iría. A los 17 años fui a la universidad. Ingenuamente elegí una casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres, de clase obrera, se fueron en la matrícula. Seis meses después yo no había sido capaz de apreciar el valor de su esfuerzo. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y tampoco sabia si la universidad me ayudaría a deducirlo. Y ahí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Decidi retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. En ese momento fue aterrador, pero mirando hacia atrás es una de las mejores decisiones que he tomado. Prescindí de las clases obligatorias, que no me interesaban, y comencé a asistir irregularmente a las que sí consideraba interesantes.

No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el suelo de las habitaciones de amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos de noche, para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. 

Me encantaba. La mayoría de cosas con las que tropecé, siguiendo mi curiosidad e intuición, resultaron ser posteriormente inestimables. Por ejemplo, en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Como había abandonado el curso y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación en el espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es. Era artísticamente hermoso, histórico, de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.

A priori, nada de esto tenía una aplicación práctica en mi vida. Diez años después, cuando estaba diseñando el primer ordenador Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, el Mac nunca habría tenido múltiples tipografías o fuentes proporcionalmente espaciadas. Y como Windows no hizo más que copiar a Mac, es probable que ningún PC la tuviese. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y los ordenadores personales carecerían de la maravillosa tipografía que llevan. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.

Reitero, no podéis conectar los puntos mirando hacia el futuro; solo podéis conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tenéis que confiar en que los puntos, de alguna manera, se conectarán en vuestro futuro. Tenéis que confiar en algo, lo que sea. Nunca he abandonado esta perspectiva y es la que ha marcado la diferencia en mi vida.

El primer Apple
Wozniak y Jobs
La segunda historia es sobre amor y pérdida. Fui afortunado, porque descubrí pronto lo que quería hacer con mi vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garaje, transformándose en una compañía de 2.000 millones de dólares con más de 4.000 empleados. Hacía poco que habíamos presentado nuestra más grandiosa creación -el Macintosh-, apenas un año antes, y yo acababa de cumplir los 30.

Luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que fundaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que tenía talento para dirigir la compañía conmigo. Los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un encontronazo. Cuando ocurrió, la Dirección lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta. Fue devastador. Durante unos cuantos meses no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios, que había dejado caer el testigo cuando me lo estaban pasando. 

Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado todo a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme de Silicon Valley [California]. No obstante, poco a poco comencé a entender algo. Todavía amaba lo que hacía. El contrario de lo ocurrido con Apple, en eso no había cambiado ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y decidí empezar de nuevo.

Entonces no lo entendí, pero ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de tener exito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. 

Durante los siguientes cinco años, fundé una compañia llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por ordenador, Toy Story, y ahora es el estudio de animación de más éxito a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.

Con Laurene tengo una maravillosa familia. Estoy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No perdáis la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tenéis que encontrar lo que amáis. Y eso es tan válido para el trabajo como para el amor. 

El trabajo llenará gran parte de vuestras vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creéis que es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que se hace. Si todavía no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os detengáis. Al igual que con los asuntos del corazón, sabréis cuando lo habéis encontrado. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que seguid buscando. Y no os paréis.

La tercera historia es sobre la muerte. Cuando tenía 17 años leí una cita que decía algo parecido a "Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto". Me impresionó y en los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: "Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer?" Y cada vez que la respuesta ha sido "no" varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.

Saber que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solo aquello que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir a tu corazón.

Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un escáner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. ¡Ni sabía lo que era el páncreas! Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los seis meses. El médico me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para morir. Significa que, en pocos meses, debes intentar decir a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los siguientes 10 años. Significa asegurarte que todo esté amarrado para que sea los más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.

Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego por la tarde me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja el páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien. Es lo más cerca que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más.

Al haber vivido esta experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era puramente un concepto intelectual: Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la muerte es muy probable que sea la mejor invención de la vida. Es su agente de cambio. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, vosotros sois lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, seréis los viejos. Y seréis eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es cierto.  

Vuestro tiempo tiene límite, así que no lo perdáis viviendo la vida de otra persona. No os dejéis atrapar por dogmas, no viváis con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitáis que el ruido de las opiniones ajenas silencie vuestra voz interior. Y más importante todavía, tened el valor de seguir vuestro corazón e intuición, porque de alguna manera ya sabéis lo que realmente queréis llegar a ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand no muy lejos de aquí, en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a finales de los 60, antes de los ordenadores personales y de la edición mediante microcomputadoras. Se editaba usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras Polaroid. Era como Google en tapas de cartulina, 35 años antes de que apareciera Google. Era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos. Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog y luego, cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de la última edición, había una fotografía de una carretera en medio del campo a primera hora de la mañana, similar a una en la que estaríais haciendo dedo si fuérais así de aventureros. 

El pie de foto decía: "Seguid hambrientos. Seguid alocados". Fue su mensaje de despedida. Siempre lo he deseado para mí. Y ahora, cuando estáis a punto de graduaros para empezar de nuevo, es lo que os deseo. Seguid hambrientos. Seguid alocados".

 

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Se non è vero...

Un famoso refrán italiano dice ""Se non è vero, è ben trovato". Es decir, si no es verdad, está bien contado. Ese puede ser el resumen de las provocadoras declaraciones de Alessio Rastani, supuesto trader/actor/agitador que ayer revolucionó las redes sociales con sus declaraciones sobre la crisis mundial.


La historia deja, al menos, dos lecturas. Una menor, pero grave: la falta de profesionalidad en los medios de comunicación (ayer fue la BBC; hace unos meses The New York Times; mañana puede ser cualquiera) a la hora de contrastar sus fuentes, supervisar sus informaciones o confirmar a quién entrevista. Es periodismo basura, peor aún que el televisivo (éste al menos sólo aspira a intoxicar).

La otra interpretación se resume en el proverbio italiano: si las declaraciones de Rastani no eran legítimas (en realidad el bueno de Alessio es un pícaro de la estirpe de Guzmán de Alfarache y Lazarillo de Tormes), al menos eran unas declaraciones verosímiles: el sistema está dañado; la clase media occidental está a merced de los mercados; no hay defensa contra la especulación financiera.

Como decía un cura de Barbastro a su parroquia: "Estas crisis mundiales, son crisis de santos". Nihil obstat. Un par de películas recientes (el documental de 2010 ganador del óscar Inside Job y la más comercial Margin Call) nos recuerdan la realidad que vivimos: un mundo injusto donde los depredadores financieros no dudan en arruinar millones de vidas a cambio de enriquecerse. Un sistema de alienación organizado donde la productividad es lo único que importa.



Ambas historias se centran en la génesis y efectos de la crisis en EEUU, que es el país de la codicia. Ahora bien, su modelo económico es el que ha triunfado en el mundo y los nuevos dragones emergentes (los BRICS) quieren repetir menú, ún a costa de perpetuar estructuras de poder y estafar a medio mundo.

La verdadera tragedia es que no tenemos un modelo alternativo. No existe y -me temo- no puede existir. Ni el socialismo bolivariano, ni el capitalismo de Estado chino, ni la socialdemocracia escandinava son modelos válidos. Pero tampoco la actual dictadura salvaje del mercado.

Sólo la recuperación de un humanismo integral y solidario que esté al servicio de la verdad plena del hombre puede establecer un orden social justo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Malick y el origen de todo

Malick durante el rodaje de Badlans (1973)
Terrence Malick es un cineasta difícil. De la estirpe de Tarkovski y Erice, emparentado con Bergman, Kieslowski Kubrick en su obsesiva búsqueda de respuestas. Al fin y al cabo, un director que rueda cinco películas en 38 años se toma las cosas con calma. Al menos para lo que suele ser habitual en el mundo del cine. 

Malick nació en EEUU en una familia de Oriente Medio. Su padre era libanés y la huella del fatalismo musulmán está presente en toda su obra. Quizá por eso decidió estudiar filosofía (en Harvard y Oxford) y preparar una tesis doctoral sobre Heidegger. Con estos antecedentes hay que tener valor para asomarse a sus películas, de las que siempre es guionista en solitario. 

Malick, que tiene casi 70 años, pertenece por edad a la generación de Coppola y Scorsese, pero ahí se terminan los paralelismos. Como el esquivo Salinger, no concede entrevistas, no hace promociones y prohíbe que se le fotografíe, algo que no siempre logra, como se puede comprobar. 

El gran público le importa un pimiento. Así que si usted sólo va al cine a entretenerse, huya de sus películas. Incluso aunque "parezcan" de guerra, como la famosa Delgada línea roja. En su obra casi nada es lo que parece, paradoja que se siente con especial fuerza en su último estreno, El árbol de la vida (The Tree of Life, 2o11). 

Porque uno se va pacíficamente al cine -pongamos un viernes por la noche- con el afan de pasar el rato y ¡zas! llega el bueno de Malick y perpetra una de sus reflexiones insuperables. Poco importa que los actores sean Brad Pitt o Sean Penn. Lo que cuenta es el guión (de Malick con el visto bueno de Malick) y ahí, amigo mío, no tiene usted nada que hacer. O sí. Porque ya es la película más taquillera de España en su primer fin de semana.

En El arbol de la vida (Palma de Oro en Cannes 2011) se mezclan, aparentemente sin sentido, versículos del Libro de Job, el origen del universo y la vida y el lento discurrir cotidiano de una familia de clase media en los EEUU durante la Guerra Fría. ¿Cómo se come todo eso? Con dificultad, ciertamente, porque en la primera media hora de película es arduo saber de qué te hablan.

Confieso que el sentido oculto de la película me lo explicó mi mujer, que también en esto me lleva varias vidas de ventaja. Porque yo no fui capaz de entender el hilo conductor de una película exigente, oscura y con unos saltos temporales que dejan a H.G. Wells como un aficionado. 

La familia O'Brien esperando a Jack
La película gira alrededor del sentido de la vida. Pero de la vida y el universo en plan Karl Rahner y su cosmología o Ingmar Bergman y la metafísica de la religión. El caso es que Malick aparenta inicialmente una visión veterotestamentaria de la divinidad. Perdón por escribir "veterotestamentaria", quería decir judía. Judía en el sentido de concebir a Dios como un ser al acecho, iracundo e imprevisible.  De hecho, el título de la película está tomado de uno de los símbolos cabalísticos más importantes del judaísmo. Ese "árbol" nos acerca a la comprensión de Dios y al modo en que Él creó el mundo gracias a diferentes estadios (la Sabiduría, la Misericordia, la Justicia o la Gloria, entendidas como emanaciones perfectas de Yahvé) y en ese escenario Malick despliega su elipsis divina.

El protagonista de la historia es Jack O'Brien (cuyas iniciales son las de Job), un muchacho inquieto e introspectivo que cuestiona el mundo y las reglas de ese mundo. Reglas que establece su padre (Brad Pitt), aunque también se las salte. Su progenitor es un hombre íntegro y riguroso como buen católico preconciliar, pero que le pone continuamente a prueba -como Dios a Job- con el fin de fortalecerle para el mundo inhóspito en el que vivirá. Digamos que Brad Pitt/Dios es como la naturaleza: inmisericorde, pero atractivo; refugio y castigo a un tiempo.

En medio de tanta confusión, la madre de Jack es el polo opuesto. Habla (voz en off) de la misericordia, del arrepentimiento, de la alegría. Ella representa la Nueva Alianza, el misterio cristiano, el milagro. En mi opinión, ella es la persona que le enseña qué es la Gracia, entendida como una modificación permanente de la naturaleza humana hacia una existencia sobrenatural. Por eso también su madre es Dios, el mismo Dios del Nuevo Testamento, que le asegura: "Si no sabes amar, Jack, tu vida pasará como un destello".

De modo que Dios está presentado por el padre y la madre de Jack. No tiene sexo. Es hombre y mujer a la vez. Obviamente. Pero el pequeño JOB/Jack debe descubrir por sí mismo el mensaje que ese Dios (Creador y Arquitecto del universo por un lado, Padre y Redentor por otro) tiene reservado para él. Un mensaje de dolor (la muerte de su hermano), incomprensión y hastío. De acompañada frivolidad (el exitoso arquitecto -no es casual el oficio- en el que se convierte Jack de adulto, interpretado por Sean Penn), pero también de tremenda soledad interior.

Sin embargo, como se dice en la película, hay dos caminos para recorrer la vida: el de la naturaleza y el de lo divino. "Y debes elegir cuál vas a seguir". Por eso, sin estar muy seguro, me parece que la película gira sobre la Gracia y el perdón. En ese orden. Una Gracia que es la única que nos permite sobrellevar el sinsentido del mundo natural (hosco, brutal) hasta aceptar el designio divino sobre nuestras propias vidas. Y perdonar. Perdonar a Dios por habernos dejado abandonados a merced del odio y la muerte. 

Sólo así se entiende que, al final, el protagonista perdone a su padre y que ese perdón le redima y le permita gozar de la visión beatífica de Dios junto al resto de todas las personas que ha conocido en su vida. 

En síntesis, sólo si caemos, lloramos y perdonamos (tanto a Dios como a los hombres) podremos entrar en el Reino de los Cielos.

Crítica de Jerónimo José Martín (Aceprensa)
Crítica de Carlos Boyero (El País)
Crítica de Sergi Sánchez (La Razón)
Crítica de Javier Ocaña (El País)
Crítica de Pablo Jáuregui (El Mundo)



jueves, 8 de septiembre de 2011

Dos mares del mismo océano

 Dedicado a monseñor Pedro Meurice (1932-2011)
El Caribe y el Cantábrico son dos mares del mismo océano. Quizá por eso Cuba y Asturias celebran su día más importante del año cada 8 de septiembre: La Caridad y Covadonga, dos vírgenes diminutas a la que rezan dos pueblos hermanados. En Asturias la fiesta se vive con plena libertad. En Cuba con plena dictadura. 


Pese a todo, bajo un intenso sol, miles de cubanos recibieron en La Habana la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, en su primera peregrinación por la isla en 52 años de gobierno comunista. "Llegó el momento en que nuestra Arquidiócesis recibe a la Virgen de la Caridad. Es un momento de gozo, alegría", porque "nos trae salud y esperanza", dijo el cardenal Jaime Ortega.

La imagen ha recorrido hasta ahora 25.000 kilómetros. Según Ortega, también arzobispo de La Habana, gracias a "los cambios" emprendidos por el régimen de Raúl Castro y el clima de diálogo. Según Ortega: "Esto es parte del ambiente nuevo de cambio que hay en Cuba" y "que esperamos y pedimos a la Virgen de la Caridad que continúen" en 2012 durante las celebraciones del 400 aniversario de la aparición de la talla mariana en Nipe (provincia de Oriente).

En una urna de cristal sobre el techo de un camión y escoltada por motos de la policía que hicieron sonar sus bocinas, la Virgen entró en Madruga, un pueblo de campesinos, provocando la euforia de los fieles que portaban flores y carteles, agitaban banderitas y no dejaban de entonar cánticos.

Las procesiones, vetadas en Cuba en la década de 1960, fueron restablecidas en ocasión de la visita del papa Juan Pablo II en 1998, cuando las difíciles relaciones entre el gobierno comunista de Fidel Castro y la jerarquía católica comenzaron una etapa de acercamiento. Esta peregrinación, que comenzó el 8 de agosto en Santiago de Cuba, 970 km al este de La Habana, concluirá el 30 de diciembre en la capital de Oriente, cuando la imagen regresará al santuario de la virgen en el poblado de El Cobre.

Su único peregrinaje ocurrió en 1951-52, en honor del cincuentenario de la República. Entonces fue despedida por el arzobispo de Santiago de Cuba, Enrique Pérez Serantes, el mismo que intercedió para salvar a Fidel Castro y otros rebeldes del frustrado asalto al cuartel Moncada (1953), primera acción armada de la revolución.
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