lunes, 20 de octubre de 2008

Carta abierta al Juez Garzón

Por su interés, por su claridad y porque, sencillamente, me da la gana, reproduzco la carta que Paco Sancho dirige al juez Baltasar Garzón. El original en su blog El rincón de Pacotto.

Sr. D. Baltasar Garzón Real
Magistrado-juez del Juzgado Central de Instrucción Nº 5
MADRID

Respetado juez:

Mi nombre es Francisco Sancho Crespo, con DNI que no pongo aquí por una elemental prudencia en la protección de datos (no obstante, doy por sentado que llegada la necesidad y con mínima diligencia podrá averiguarlo y localizarme, entre otras cosas porque no me escondo). También le adelanto que, en esa línea prudencial, la firma que cierra este escrito me pertenece, desde el punto pericial caligráfico, aunque no es la que habitualmente utilizo para rubricar mis compromisos, mayormente bancarios e impositivos.

Le escribo en calidad de víctima contemplada en el Auto que ha firmado en Madrid a dieciséis de Octubre de dos mil ocho bajo el título DILIGENCIAS PREVIAS PROC. ABREVIADO 399/2006 V. Soy víctima reconocida por usted porque mi abuelo Eloy Crespo y mis tíos Juan José, Antonio y Mariano Crespo fueron asesinados y luego desaparecidos dentro del periodo que usted abarca en su Auto. Desde entonces, desde la madrugada del 28 de julio de 1936, nadie de la familia sabe nada de los cuatro, solo eso: que fueron secuestrados, torturados, asesinados y malenterrados en alguna cuneta de la carretera que unía Alcañiz con Calanda. Y le escribo a título personal, es decir, no sé que piensan de esto ni mis hermanos ni mi única tía que queda con vida ni mis primos, aunque como creo conocerlos me parece que apoyarían este escrito.

Pero le escribo, insisto, solo en mi nombre, para decirle que me deje en paz y que deje a mi abuelo y a mis tíos en paz, y aunque no tengo por qué hacerlo le voy a dar algunas razones.

La primera, que fui educado en el seno de una familia que predicó con el ejemplo la concordia y el perdón frente al odio y mucho más el revanchismo; si mi madre, que padeció tan de cerca toda aquella salvajada, me insistió durante toda su vida en que aquella tragedia volvió locos a muchos y su cristianismo solo sabía predicar el perdón, no creo que sea usted la persona más adecuada para decirme lo que debo sentir.

En segundo lugar, en mi vida he oído de mis padres, de mis tíos, de nadie, la necesidad de saber dónde estaban los cuerpos de nuestros seres queridos a los que día a día llevamos en el corazón; y si ellos, que fueron testigos directos de la barbarie, mostraron su deseo de no recuperar los cuerpos, imagínese quién seré yo para pensar lo contrario.

La tercera razón, y esto va muy relacionado con lo anterior, es que no me fío nada de usted porque miente. En el apartado 4 del Punto Primero de sus Razonamientos Jurídicos dice textualmente que "un examen imparcial y sereno de los hechos, nos lleva también a afirmar que al igual que los vencedores de la Guerra Civil aplicaron su derecho a los vencidos y desplegaron toda la acción del Estado para la localización, identificación y reparación de las víctimas caídas de la parte vencedora, no aconteció lo mismo respecto de los vencidos..." y eso es una mentira capital por lo que le he contado: mi familia estaba en el bando de los que usted califica de vencedores pero nunca, nunca, desplegaron la mínima acción para localizar, identificar y reparar a sus víctimas, y de esto doy fe directa tanto por lo ocurrido en mi familia como en otras de nuestro entorno.

Comprenderá que si le encuentro mintiendo en asunto tan capital me es difícil seguirle y creer que está actuando de buena fe y con el único norte de la Justicia. Usted mismo, en el prólogo que escribió al libro 'Los maquis en Sierra Mágina', de Luis Miguel Sánchez Tostado, contaba la historia de su tío Gabriel Real, condenado a muerte que se libró pero sufrió injusta prisión y que fue su héroe infantil; de hecho, en su propio libro 'Un mundo sin miedo' escribe sobre la Guerra Civil: "Son tantas las historias e injusticias relatadas que quedaron grabadas en mi memoria infantil y decidí hacer algo para que esa etapa no volviera a repetirse".

Y por supuesto que está en su derecho. Pero no en el mío. Y mi derecho es que me deje en paz, que deje a mi abuelo y a mis tíos descansar en paz. Si, como dicen las estadísticas de su Auto a falta de pulir, en Teruel hubo 1.338 víctimas desaparecidas, le ruego que se dedique a las otras 1.334 sobre las que no tengo ningún ascendente. A cambio, eso sí, le ruego que el tiempo que pensaba invertir en buscar a mis parientes lo dedique a investigar, perseguir, encontrar, detener, expropiar, juzgar y encarcelar a los criminales que con toda seguridad viven libres y son los responsables dolosos de la ruina económica a la que han llevado a media humanidad a cambio de enriquecerse ilícitamente. Doy por sentado que en su afán de lograr justicia lo hará y que no le tiene miedo a sentar en el banquillo a banqueros, brokers y Gobiernos enteros si fuera menester. Reconozco que es algo más peligroso, pero es justo. Y si usted es capaz de resolver todos los horrores de la guerra, seguro que puede con esto.
Atentamente,

Francisco Sancho

PS.- Si quiere documentarse sobre lo ocurrido en mi casa lo encontrará aquí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Parece como si los jueces no tuvieran otra cosa que hacer, excepto la de maltratar a los niños separandoles de su padre una vez que la pareja se divorcia. Pero además le hechan al marido a la calle.

Anónimo dijo...

soy un hombre separado y com mucho miedo porke creooo ke lo mioo es politica y estoy siendo manipulado no se donde hacudir y estoy desesperado,desamparado... loeee perdido todo,m meda miedo contar lo ke e visto y vivido.me gustaria ablar con el juez garzon. este hombre ke conosko esta implicado en mi tema es un hombre del estado por fabor nesecito hayuda.un saludo atentamente espero una respuesta por el juez garzon y ke pudiera atenderme personal o telefonica mente .lo mio es politica e puesto el msn de una amiga para ke no sepan kien soy por precausion.