martes, 22 de diciembre de 2009

La revolución no se apura

El sucesor de Fidel Castro, su hermano Raúl, clausuró la Asamblea Nacional de Cuba, que se reúne dos días al año. Ese es el tiempo que necesita el Parlamento de La Habana, dos días, para asegurar que Cuba sea -como dice su constitución- "un estado socialista irrevocable".

Tras un año de recortes, el sucesor de Fidel Castro, su hermano Raúl, advirtió a los cubanos de que se aproximan más dificultades. No las detalló, pero se adivinan: menos comida, menos empleo, menos libertad. De otras cosas, sin embargo, habrá más cantidad: más policía, más control ideológico y más actos de repudio. Lo que seguirá igual es el salario medio cubano: 12 € al mes. Repito. 12 €.

Sobre las anunciadas reformas económicas también habló el presidente cubano y confirmó: "Siguen a paso lento para evitar los riesgos de la improvisación y el apresuramiento".
Ya dijo Martí que hay que hacer despacio lo que tiene que durar mucho, pero al ritmo que se mueve la cosa esto va a durar cien años.

Por lo pronto, en estos doce meses dice Raúl Castro que Cuba ha crecido el 1,4%, lo que se le ha olvidado es que hace un año aseguró que crecería el 6%. Además, dos reformas agrarias más tarde, el gobierno anunció que sigue habiendo en Cuba "tierras ociosas", que son las que no trabaja nadie. Como el Estado es el dueño de todas las tierras, pero no se ocupa de ellas, ha decidido entregar 900.000 hectáreas a 100.000 agricultores. Si sumáramos todas las hectáreas que lleva repartidas la revolución desde 1959 el resultado sería que Cuba es más grande que España. "Por supuesto", dirá Fidel Castro desde su atalaya de estadista ¿con demencia senil?

Medio siglo más tarde la revolucion no se apura. Cincuenta años son nada.

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