Dedicado a Isaías Calvo,
que bien sabe que la vida es "complexa"
que bien sabe que la vida es "complexa"

La historia tiene su miga y explica cosas inexplicables. En 1955, el Consejo de Europa –un organismo creado tras la II Guerra Mundial para promover la democracia y los derechos humanos– había convocado un concurso para elegir su bandera. Se presentaron ideas de muchos pintores y artistas gráficos, que además debían acompañar una explicación de sus propuestas. Entre ellos había un joven y desconocido francés de Estrasburgo, Arséne Heitz, que envió un diseño que destacaba por su fuerza y simplicidad: doce estrellas amarillas en círculo sobre un fondo azul. En aquellas fechas, Heitz estaba leyendo la historia de las apariciones de la Virgen en la rue du Bac de París (que hoy es conocida como la Virgen de la Medalla de la Milagrosa), y se inspiró en las imágenes tradicionales marianas para sus bocetos.

Para colmo de “causalidades” el Consejo de Europa votó por el diseño de Heitz un 8 de diciembre, único día de todo el invierno en que coincidían las agendas de los jefes de Estado. Los motivos de la elección fueron explicados por el ministro francés de Exteriores, Robert Schumann –actualmente en proceso de beatificación– y por Konrad Adenauer, canciller alemán. Ambos tuvieron que esforzarse en aclarar las dudas de los británicos, que no entendían porqué si los Estados miembros eran seis las estrellas tenían que ser doce. Sin revelar la inspiración del artista para no provocar recelos, explicaron que el número 12 era un guarismo de plenitud en el mundo clásico (y citaron los doce trabajos de Hércules), judío (las doce tribus de Israel) y cristiano (los doce apóstoles). Sobre esa herencia clásica y judeocristiana proponían construir la nueva Europa.
La bandera recién elegida flameó por primera vez en un edificio público en 1956. Fue en la catedral de Estrasburgo, donde Schumann ofreció a la Virgen el proyecto de construcción europea y le pidió que no volviera a haber guerra en el viejo continente. Desde entonces llevamos medio siglo de paz.
Europa nos queda a veces demasiado lejos, sobre todo cuando niega unas raíces que están presentes por todas partes: en sus calles, en su moneda, en sus valores. También y sobre todo, en la bandera azul de doce estrellas, la misma que viaja en las matrículas de nuestros coches y ondea en todos los edificios oficiales.
A veces estas cosas pasan.
Publicado en OSACA (dominical del Diario de Burgos) el 7 de diciembre de 2008
3 comentarios:
Gracias, Nacho.
Los viejos, los buenos temas no mueren: tienen un sabor y un aroma insondables. Dios y Europa, tú te atreves con todo. Te vamos a llamar Nacho sin miedo (porque de inconsciente no te queda un pelo). Es de agradecer, porque estamos hasta los... de que no se pueda debatir seriamente de nada serio para no herir a nadie: es para mear y no echar gota, vamos.
De todos modos este post puede ser contraproducente. Como se entere algún juez de Castilla y León, tendrán que empeza a retirar banderas de la UE (jajajaja, a alguno le iban a dar espasmos).
Un fuerte abrazo, jefe.
Jotake...
Muy interesante, gracias Nacho por la información. Contrasta lo que cuentas con los esfuerzos que se ha hecho años después para que no apareciera ninguna referencia a las raíces cristinas en el Prólogo de la fracasada Constitución Europea. Antonio Vázquez del Rey
El laicismo, Antonio, que campa por sus respetos. En estos temas, como en casi todos, es bueno ir al origen para conocer el espíritu de las cosas. Aunque el precio sea, como dice Isaías, que llegue un juez de Valladolid y te condene.
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