viernes, 19 de diciembre de 2008

¡Que vienen los rusos!

Tomo prestado el título de la comedia de Norman Jewison en la que un submarino soviético encalla en las costas de Massachusetts. Pese a que sus intenciones son inocentes, los habitantes del pueblo más cercano creen que los rusos han iniciado una invasión en toda regla.

Casi dos décadas después, los barcos rusos vuelven a fondear en La Habana. La flotilla viene de unas maniobras en el Caribe y su entrada en el principal puerto de la Isla nos devuelve a otras épocas, tiempos de Guerra Fría en el que los bolos (así llaman en Cuba a los rusos) campaban libremente por la capital. Los cubanos que no anden resolviendo su vida en la bolsa negra o trapicheando con los turistas tendrán la oportunidad de subirse a los barcos. La visita, ha dicho el presidente Medvédev, "es un importante paso a nivel práctico para fortalecimiento y desarrollo de las contactos entre ambas Armadas".

Así que vuelve el amor entre eslavos y caribes, aderezados ahora por el crédito de 20 millones de dólares que Moscú (es decir, Putin) ha concedido a los Castro para las industrias del níquel, el petróleo y el suministro de trigo.


Algo se mueve en Cuba. Al menos en lo referente a las relaciones internacionales. Esta visita de los rusos se une a la que hizo el presidente chino el mes pasado, a la gira del canciller Pérez-Roque por Europa y a la primera salida de Raúl Castro al extranjero como Jefe de Estado (a Venezuela) o a su presencia en la Cumbre del CALC en Brasil (donde se encuentra ahora de visita oficial tras haber conseguido la admisión de Cuba en el Grupo de Río). Para 2009 ya está confirmado un viaje a México y la visita de Calderón a La Habana.

¿Está preparando el régimen cubano el posible encuentro de Raúl con Obama para negociar el fin del embargo? ¿O, simplemente, trata de encontrar fuera la legitimidad que muchos cuestionan dentro? Con el medio siglo de revolución a punto de cumplirse quizá lleguen algunas respuestas.

1 comentario:

jlcea dijo...

Pues no es ninguna broma. El año 2008 ha sido el de los grandes movimientos internacionales de Putin, quien ha retomado las mejores artes de su época en el KGB y la Guerra Fría. Ocultándose y grandes aspavientos ha tomado posiciones en un buen número de países, reforzando el peso internacional de la Madre Rusia.
Interesante seguirlo de aquí a cinco-diez años.