jueves, 18 de septiembre de 2008

Viejo lobo de mar

Josandro Regojo no es viejo (aún), ni es un lobo, aunque la mar sí es uno de sus amores conocidos. El otro es Cristina, coruñesa y esposa –por este orden–, que le sigue como puede desde hace dos décadas.

Josandro es un gallego de tomo y lomo que nació en Redondela, villa marinera y camisera del interior de la ría de Vigo. Su asilvestrada infancia la pasó en el colegio Montecastelo, del que huyó con alegría al ICADE de Madrid. Así que tiene una cabeza católica –aunque le guste negarlo entre risas- y un corazón generoso. Eso lo sabe bien cualquiera sus amigos y su amplísima familia, que cada mes de agosto se sube a su barco, el Petán, para participar en la imprescindible regata de las Rías Baixas.

Esa competición es para Josandro un momento especial, ya que consigue reunir a algunos de sus hermanos y primos, regados por medio mundo y que cumplen al pie de la letra ese dicho de que "los gallegos se van para gozar en el volver". Así que es fácil reconocerlos en su barco blanco y azul y más blanco, con la popa afilada para levantar olas cuando navega con viento cortante, (y portante, según me ilustra José Luis de Cea) de los que entran desde atrás y soplan en la nuca.

El Petán es viejo y de madera y fue diseñado en 1925 por William Fife (un escocés que llegó a construir yates para la Copa América). Lo hizo para una mujer de bandera, Pilar Careaga, que fue la primera española en terminar Ingeniería y, años más tarde, alcaldesa de Bilbao –también la primera–. En 1991 el barco pasó a manos de Regojo, que se lo cambio a unos santanderinos por otro más moderno. “Fue un capricho de juventud en el que perdí dinero y gané un sueño”, dice.

Entre los signos distintivos de Josandro están la barba entrecana y el color azul. Siempre viste de azul –marino, claro–. También son celebradas sus parrilladas y un agudo sentido del humor, amén de ideas disparatadas y divertidas, como querer vivir en las Islas Cíes cual Robinson Crusoe. A esa empresa dedicó varias cenas en las que explicaba, con habilidad fenicia, las ventajas de residir en una isla. Por cierto, se me ha olvidado decir que, en otra vida, Josandro Regojo fue consultor y viajó por medio mundo hasta que, harto de aviones y ausencias, echó el ancla en su mar de siempre, el Atlántico, y tuvo tres hijos que, dicen, navegan mejor que él.

Este verano el Petán, además de ganar la etapa de la Puebla de Caramiñal en el Rías Baixas, ha sido uno de los protagonistas de la regata Marin Yatch Classic, que se celebró en Bueu. Participaron una docena de embarcaciones de época, veleros clásicos que navegaron sin prisa por la ría de Pontevedra. El Petán (cuyo nombre coincide con el del pazo familiar, ahora en reconstrucción) quedó segundo de su categoría y, además, destacó por ser el balandro de recorrido más vistoso.

“No sé cómo ha ocurrido”, dijo Josandro con su ocurrente sorna. “Son cousiñas de la edad. De tanto verte por aquí, terminan por darte un premio y la parentela te felicita, mientras los amigos exigen que les invites a cenar para celebrarlo y algún plumilla sin muchas ideas te saca en los papeles”.

Entonces, más zorro que lobo, guiña un ojo y añade pícaro “No lo digo por nadie en concreto”. Menos mal, así me quedo más tranquilo.


Publicado en el dominical OSACA el 14 de septiembre de 2008

3 comentarios:

jlcea dijo...

Caro amigo, el viento que entra por la popa es "portante", no "cortante" (aunque el de Galicia debe cortar bastante).

Se me saltan las lágrimas al leer to post.

fáv dijo...

¡Me ha entantado! Lo que no me ha quedado muy claro es si "por este orden" te refieres a que Cristina es primero coruñesa y después esposa, o te refieres a los amores conocidos de Josandro, primero el mar.
Cosas mías. Mientras, me pregunto ¿alguien me invitará a conocer el Petán?
Menudas fotos bien bonitas, menuda historia, menudo velero y menudo este personaje. Felicidades!

Nacho Uría dijo...

Coruñesa y esposa, por este orden. Yo creo que Cristina Barrón mantiene su coruñesismo a gala, incluso por encima de ser Regojo consorte, que en sí mismo ya es un master en cómo sobrevivir...