El hombre del tiempo siempre ha sido un especialista en predecir anticiclones, chubascos y días de nieve. El primero y quizá más famoso fue Mariano Medina, de TVE, pero después vinieron otros, algunos para hacer el ridículo (como Javier Gómez, de La Sexta).
Sin embargo, el verdadero Hombre del tiempo en España es Amancio Ortega, fundador y dueño de INDITEX, sociedad madre de la archifamosa Zara.
Ortega, que es un gallego nacido en León, ha cimentado su éxito empresarial en el tiempo. En concreto, en el poco tiempo que tarda su organización en satisfacer los deseos de los clientes. Si a esto sumamos 300 diseñadores en nómina el resultado es ell milagro de Arteixo.
"Para Inditex, el tiempo es el principal factor de éxito, por encima de los costes de producción", explican en la empresa. Por eso Zara es la primera en llegar al mercado, cuestión clave en el cambiante mundo de la moda. "Desde la llegada del pedido al centro de distribución hasta su entrega en la tienda transcurren 24 horas -si hablamos de Europa- y 48 para las tiendas en América o Asia".
La escalada de Inditex ha sido tan espectacular y veloz como su logística empresarial. En 2004 la estadounidense GAP duplicaba en ventas al grupo español, que era tercero, por detrás también de la sueca H&M. Al año siguiente Inditex alcanzó el liderazgo europeo. En 2008 va a convertirse en el líder mundial de ventas de moda con 2.300 millones de euros de facturación, casi 4.000 tiendas y presencia 70 países. Son cifras dignas de glosa, así que espero que José Luis de Cea -economista riguroso y profesor de Marketing en UN- lo analice en su imprescindible Marketblog.
Sin embargo, lo más fascinante es que Inditex, nacida en 1975 a partir de una pequeña fábrica de batas, haya llegado a lo más alto en apenas 20 años (su primera tienda no española se abrió en 1988 en Oporto). En sus comienzos Amancio Ortega -que es discreto y emprendedor- sólo tenía ilusión y todo el tiempo del mundo. Tiempo que ha convertido en oro. Oro que ha transformado en riqueza. 65.000 puestos de trabajo dan fe de ello.
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