miércoles, 11 de junio de 2008

Acusación contra Cuba

En el informe 2008 de Amnistía Internacional (AI) sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, Cuba vuelve a salir mal parada.

Ocurre justamente cuando Raúl Castro acaba de celebrar su 77 aniversario y cumple los primeros 100 días al frente del Gobierno. En ese tiempo ha habido algunos fuegos artificiales y, sobre todo, lentitud exasperante en los asuntos que importan de veras: salarios, transporte, abastecimiento alimentario.


En lo referente a los derechos humanos el gobierno comunista de La Habana continúa encarcelando a los opositores democráticos.
"Las restricciones de la libertad de expresión, asociación y movimiento son severas", dice el informe presentado en Londres por AI. "El acoso a disidentes políticos y periodistas independientes es habitual en Cuba".

Amnistía calcula que en la Isla hay 40 condenados a muerte y 62 presos políticos. La mayor parte de estos disidentes han sido encarcelados por opiniones y actividades no violentas. Acusados, en general, de "peligrosidad social". Este extravagante tipo penal sirve para condenar a una persona por el hecho de ser “peligrosa por su tendencia a cometer delitos". Es decir, se puede detener y juzgar a un cubano con independencia de que haya delinquido o no, basta con una sospecha de que va a hacerlo. Así, por ejemplo, la embriaguez, la drogadicción u otra conducta antisocial valorada por la policía pueden provocar que una persona sea condenada a 4 años de cárcel y se le apliquen "otras medidas terapéuticas, reeducativas y de vigilancia”.

Continúa Amnistía Internacional con sus denuncias y corrobora la absoluta falta de libertad de prensa e información, ya que todos los medios de comunicación siguen bajo control estatal. También se destaca la cancelación de visados a corresponsales extranjeros porque "su forma de enfocar la situación cubana no es la más conveniente para el gobierno cubano" y la expulsión de Cuba de dos periodistas europeos, declarados persona non grata.

Hasta hace una semana la última represaliada por intentar informar libremente era la blogger Yoanis Sánchez, Premio Ortega y Gasset 2008 de Periodismo digital por su weblog Generación Y. Sánchez, que no pudo recibir su galardón porque la dictadura le prohibió la salida de Cuba, afirmó al diario El País, que es el que entrega esos premios, "Los periodistas cubanos están encerrados o están privados de la palabra. Para el régimen los ciudadanos seguimos siendo niños que debemos pedir permiso para todo. Por eso los derechos ciudadanos están en manos de los militares".

Sin embargo, el punto de mira de la dictadura ha cambiado de nuevo y ahora su víctima es el periodista y escritor Carlos Alberto Montaner, un referente moral para gran parte del exilio. Montaner, que huyó de Cuba en 1961 con 17 años, es un intelectual inofensivo, pero muy molesto por su demostrada capacidad para desvelar las manipulaciones del régimen. Por este motivo el director del Granma -periódico oficial del Partido Comunista Cubano- Lázaro Barreda, ha pedido la tramitación de una solicitud para que sea extraditado a Cuba y posteriormente encarcelado. La reacción internacional ha sido inmediata y ayer mismo se publicó un manifiesto de apoyo a Montaner firmado por un centenar de personalidades de la cultura, entre los que están Vargas Llosa, Vaclav Havel, Rosa Montero o Raúl Rivero.

A esto se une -según una información de Reporteros Sin Fronteras- la permanencia en prisión de 24 periodistas condenados por ejercer su profesión. La mayoría fueron detenidos durante la llamada "Primavera negra" de 2003, en la que se juzgó a 75 opositores políticos (entre ellos el poeta Raúl Rivero, hoy exiliado en España).

En síntesis, el gobierno de Raúl Castro tiene un larguísimo camino por recorrer. España, por su parte, debería pedir a Cuba medidas democratizadoras inmediatas y, sobre todo, respeto a los derechos humanos. Es decir, que los cubanos tengan los mismos derechos que los españoles. Ni más, ni menos.



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