Ha ocurrido. La final más deseada ya está aquí. 21 años más tarde volveremos a soñar en verde y oro: Celtics contra Lakers. Dios es bueno. Los Big Three del Garden contra Bryant y su corte de ángeles, en la que vive el mejor jugador español de todos los tiempos, Pau el Grande. Gasol. Simplemente, Pow.
Los Celtics confirmaron esta madrugada su presencia en el gran final de la NBA al derrotar a los Pistons de Detroit por 89-81 (4-2 en la eliminatoria). La gran final comienza el próximo jueves 5 de junio en Boston, que tiene el factor cancha a su favor por la impresionante serie de victorias en la temporada regular.
Vuelven también Pat Riley y KC Jones, los entradores de ambos equipos en la última final, la de 1987, que se llevaron los Lakers a sus vitrinas. Y regresan Bird y Magic, Johnson y Worthy, Parish y Jabbar con Ramón Trecet en los coros.
Volvemos todos. Diego Redondo, Luiso Barrera, Jovino Baizán, Iñaki Arranz, Joaquín de Prado. Retornan los partidos de los sábados por la mañana en el Grupo Covadonga o en el San Fernando de Avilés y los que jugábamos por la tardes en el colegio, en "la buena", con el aquel marcador electrónico del P. Santiso que hoy parece de los Picapiedra. Regresan Quini Villazón o Pachi Cuesta SJ en el banquillo y Presi haciendo la mesa (acertaron con su mote, porque hoy Ignacio Friera es presidente de la Asturiana de Baloncesto). Y al final, todos nos quedábamos a ver el partido del IKE (Inmaculada-IKE), donde jugaban El Chino, Toni Mortera, Presedo y otros que ya no recuerdo.
Tiene razón Andrés Montes: la vida puede ser maravillosa. Hoy por ejemplo.
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