Dedicado a Isaías Calvo Sr., que lo entenderá
Por lo visto existe un sabio en San Petersburgo que se dedica a las matemáticas. Gregori se llama y Perelman se apellida. Este genio resolvió hace un tiempo una conjetura que nadie había sido capaz de descifrar en un siglo (ignoro si las conjeturas se "descifran", pero pongamos que sí).
El tal Perelman es un tipo especial. No porque siga viviendo con su madre pese a tener 44 años, ya que muchos españoles podrían decir que a ellos les pasa lo mismo. Tampoco porque esté en paro (y reitero el argumento anterior). El interés por Perelman nace de sus actuaciones, que son incomprensibles para el mundo actual.
Concreto: en 2006 le dieron el Premio Fields, que es conocido como "el nobel de Matemáticas", un reconocimiento por el que mataría el 99,9% de los matemáticos del mundo. Bien. Perelman lo rechazó con este razonamiento: "El premio es completamente irrelevante para mí. Todo el mundo entiende que, si la demostración es correcta, entonces no se necesita ningún otro reconocimiento". Más tarde el Congreso Internacional de Matemáticos le distinguió en Madrid como el mejor matemático del mundo y quiso darle un premio, pero el inefable Perelman dijo que el comité del premio no estaba calificado para evaluar su trabajo, incluso positivamente.
Pese a su famosa aversión a los premios y la prensa (y en esto demuestra su inteligencia superior), el mundillo científico se empeña en molestarle. La última vez hace unos días, cuando se anunció en París que Perelman era el elegido para el Premio del Milenio, que ¡atención! está dotado con un millón de euros.
Con más valor que el Guerra y José Tomás juntos, Perelman ha dicho que no quiere ni el premio ni el dinero, algo que ha vuelto locos a los periodistas. De hecho, uno de ellos intentó hablar con él en Rusia, pero el sabio se negó. El reportero hizo entonces guardia delante del apartamento de Perelman hasta que salió. Con disimulo le siguió y, ya en las afueras de San Petersburgo, mientras paseaba por el campo, el plumilla se dirigió a él. La respuesta de Perelman fue legendaria: "Usted me esta distrayendo ¿Acaso no ve que estoy buscando setas?"
Perelman, pajarraco del individualismo, mito del siglo XX (y del XXI).
1 comentario:
Como Diogenes a Alejandro Magno: Me estás quitando el sol.
Pasa desde hoy a convertirse en héroe de mi galería de monstruos. Ahhhhh, Procusto.
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