Ha fallecido José Saramago, escritor profundo, provocador nato y premio Nobel de Literatura al que la Iglesia católica calificó en su día como "comunista recalcitrante". Con razón.
Saramago sufría de ateísmo, pero no en silencio:
«No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la Historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen los unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona. Nuestra única defensa contra la muerte es el amor, pero no me preocupa la muerte porque me disolveré en la nada».
Así que me gustaría mucho ver ahora su cara. Digo ahora porque es cuando estará con Dios, si es que la misericordia divina funciona.Yo quiero creer que sí.
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