Después de varios meses de opereta, Honduras vuelve al camino correcto. Las elecciones de ayer domingo han confirmado el respaldo del pueblo a la destitución de Zelaya del pasado mes de julio y la celebración de unos comicios pacíficos.
Ha subido la participación, los incidentes han sido menores y los observadores internacionales han corroborado la legalidad del proceso. Por tanto, los disconformes con la gestión de Micheletti han salido escaldados, ya que éste ha cumplido su palabra y ha respetado los acuerdos firmados con Zelaya, cosa que éste no ha hecho.
Ahora la posición de Mel es muy delicada: asilado por voluntad propia en la embajada de Brasil, su órdago al Estado hondureño ha fracasado. Pese al apoyo inicial que obtuvo de los EE.UU., la UE, la OEA y todos los países socialistas de América, Zelaya ha sido barrido del mapa político. Para más escarnio, con su bufonada ha llevado a su partido (que es el mismo que el de Micheletti) a la derrota y ha conseguido que Porfirio Lobo, el candidato derechista, sea el nuevo presidente.
En Cuba están indignados con el proceso y, en una descadara mentira, el comunista diario Granma titula "Record de abstencionismo y brutal represión caracterizaron la farsa electoral de Honduras".
En Venezuela, el canal chavista Telesur también ha comenzado su campaña de intoxicación informativa y asegura que la abstención ha sido del 60%, cuando las cifras oficiales aceptadas por todos los partidos políticos (incluido el de Zelaya), la Iglesia católica y la OEA, es del 39%. Hugo Chávez, siempre escatológico, ha dicho que "el reconocimiento de las elecciones es una asquerosidad". Mientras tanto, Venezuela sigue con los cortes deluz y agua, incluso de varios días, y con grupos universitarios en huelga de hambre exigiendo el respeto de los derechos humanos.
Por el momento, Colombia, Panamá y Perú ya ha reconocido al nuevo gobierno y Costa Rica ha instado hoy a sus colegas iberoamericanos (reunidos en Estoril en la 19 Cumbre Iberoamericana) a que a que hagan lo mismo lo antes posible como se hizo en el pasado en elecciones organizadas por dictaduras militares y que sirvieron de transición a la democracia (en España en 1977, sin ir más lejos).
Los próximos en dar la bienvenida a Lobo podrían ser México y la República Dominicana, según han comunicado a la OEA. España ha comenzado a separarse de la línea dura contra las elecciones liderada por Brasil y los países del ALBA y ya habla con el doble lenguaje tan propio de Zapatero "España no reconoce las elecciones, pero tampoco las ignora". EE.UU., tan crítico con el golpe de Estado de Micheletti, ha saludado el "paso adelante" dado por Honduras. De modo que la bendición de Washington a Porfirio Lobo es una cuestión de horas.
El próximo viernes podríamos ver el final de la historia, ya que ese días la Organización de Estados Americanos se reunirá en Washington, DC con un solo tema sobre la mesa: las elecciones hondureñas. La aceptación de los comicios supondría el fin del sainete y la derrota de Zelaya, Chávez y los hermanos Castro. Una condena de los comicios perjudicaría la estabilidad de Honduras, pero sobre todo dejaría a la OEA ante su propia incapacidad para defender la democracia en América.
2 comentarios:
Uria, este blog cada dia es mejor. Eres un fenomeno. Greetings from Washington DC
Gudari, que gran coche tienes. Me estas conduciendo fenomenal por Washington.
Susmari
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