Historia número 1: Los directores y guionistas audiovisuales aseguran que el cáncer del cine español son las televisiones, los críticos y las películas de Hollywood. Ellos no tienen la culpa de la crisis de público porque les sobra preparación y talento. El problema es de las cadenas de TV (que quieren controlar su arte) y también de los espectadores, que no entienden su afición a contar historias mínimas en vez de grandes historias, que es lo que hace el verdadero cine desde hace un siglo.
Así se confirmó en un Encuentro de Creadores Audiovisuales organizado por la Sociedad General de Autores (SGAE) e inaugurado en Córdoba por la ministra de Cultura. En ese foro de intelectuales, un famoso director exigió que no hubiera nadie del PP en la sala donde él iba a hablar. Entre otras cosas, dijo que el futuro del cine español era “una puta mierda”, expresión intelectual donde las haya. Poco después un conocido periodista que dice escribir novelas afirmó que los críticos eran unos analfabetos sin sustrato cultural. Para concluir, un guionista de moda dijo que había que obligar a Zapatero y a la Familia Real a que vieran películas españolas, aunque no aclaró si atados o con permiso para levantarse cuando tuvieran náuseas.
Todos consideraron imprescindible una ley urgente que defienda al cine español, pero no de ellos, sino de la competencia extranjera. En concreto, solicitaron “mecanismos de vigilancia“ para que las distribuidoras pongan más cine nacional y, de paso, otras medidas destinadas a la formación del público. En este caso tampoco concretaron, así que nos quedamos con la duda de si se referían a escuelas nocturnas para la reeducación de espectadores, ciclos de cine búlgaro de entre guerras o la simple asistencia a manifestaciones contra el Gobierno.
Historia número 2: El grupo PRISA confiesa un beneficio de 229 millones de euros en 2006. Es decir, unos 38.000 millones de pesetas rubias, ya fueran con el perfil de Franco o del Rey, detalle que importa poco a la hora de hacer caja. Esto supone un incremento del 50% con respecto al año anterior y comienza a parecerse mucho a los indecentes porcentajes de beneficios de los bancos españoles, los mismos que nos tienen agarrados por salva sea la parte con sus hipotecas a 40 años.
SOGEPAQ, la distribuidora cinematográfica de PRISA, vive ajena a la lluvia de millones que recibe cada año su matriz. Por eso intenta pagar 375 euros mensuales netos a los becarios, que suelen ser licenciados en Comunicación. Si esos jóvenes y tiernos profesionales quieren trabajar con ellos deben matricularse previamente en la universidad y ser de nuevo alumnos de algo. Así recibirán 3 euros a la hora sin derecho a Seguridad Social.
Historia número 3: Las mañanas en las ondas siguen incandescentes. Jiménez Losantos anuncia el fin del mundo cotidiano e insulta a los que no piensan como él, que van siendo multitud. En la SER reaccionan a la socialista y aumentan la presión con enredos a media voz que parecen verdades. Luís del Olmo repasa su debacle en las audiencias y decide insultar otra vez a Federico. A lo mejor así el de la COPE se apiada, le cita una o dos veces y Punto Radio consigue unos segundos de publicidad que echarse al micro. Esta lidia la sigue con interés Gabilondo, al que se le ve triste en su laberinto, mientras les observa con envidia y recuerda lo bien que se lo pasaba antes de que su jefe le mandara a presentar un ¿informativo? con una compañera que tiene apellido de cuartel de la Guardia Civil.
Así es el trato caníbal que se dan unos profesionales de la comunicación a otros. Perro come perro. Que siga el espectáculo.
Ignacio Uría Diario de Burgos 27 de febrero de 2007
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