sábado, 3 de octubre de 2009

Se muere la Negra Sosa

Ayer domingo, 4 de octubre, falleció Mercedes Sosa.
Su velatorio, en el Congreso argentino, ha sido multitudinario
.
En La Chacarita descansará para siempre.


Se muere Mercedes Sosa, la Negra, la Voz de Latinoamérica. Con ella se irá una parte de nuestra infancia, aquel tiempo en el que mi tía Ángeles -que emigró a Francia de niña y volvió profesora de francés y socialista- nos sentaba a escucharla cantar "Duerme negrito" o "Razón de vivir".

Agoniza la Negra Sosa en Buenos Aires, aunque yo creo que ella está cerca de la Virgen de Luján, a la que ella tiene una devoción profunda y antigua.

Ayer le dieron el sacramento de la Unción de enfermos, pero dicen que sólo un milagro puede salvarla. Yo confío. Espero que su voz no se apague, que aguante un poco más y sirva para devolvernos a otros tiempos en los que la utopía era posible y ella venía a entregar su corazón.

Mercedes Sosa, Víctor Jara, Jorge Cafrune, Pablo Milanés, Zeca Afonso. Sus canciones revolotean en mi cabeza y a veces me sorprendo silbando "Yo pisaré las calles nuevamente" o "Sólo le pido a Dios". Son parte de la banda sonora en la que creció una generación, la mía, si es que habías nacido en la margen izquierda de la vida.

Después esos sonidos se perdieron, para volver solamente como herencia a mis hijos, que los conocen como yo los conocía, aunque prefieran los alaridos de Hannah Montana o los Hermanos Jonas, que lo mismo da.

Hasta que suceda lo inevitable, yo rezaré por la Negra Sosa cada noche dando gracias a la vida, que me ha dado tanto, me dio dos luceros, que cuando los abro, perfecto distingo, el negro del blanco y en el alto Cielo su fondo estrellado.

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