Actualización de las 13:05. El Real Madrid acaba de fichar a Cristiano Ronaldo por casi 100 millones de €. Por tanto, todo lo escrito en el post adjunto se multiplica por 100. En Barcelona está que se suben por las paredes y en Madrid... en Madrid ha llegado San Isidro con adelanto. Florentino, ese ser superior, la ha vuelto a liar. Ya tenemos tertulias para varios días.
La llegada de Kaká al Real Madrid ha tenido un efecto colateral curioso: poner al presidente del FC Barcelona de los nervios.
Contra toda evidencia Jan Laporta dice, a la vez que se abre la chaqueta y enseña la tri-pita culé, que está "tri-tranquilo". Con esa palabra de su invención se refiere a los tres títulos que han ganado este curso, pero la verdad es cada vez está más a-tri-bulado. Como si el fichaje del discreto brasileño fuera un tri-unfo de
Se queja Laporta de que los dineros de Flo(rentino) alteran el mercado de los fichajes. Hasta ahora nadie sabía de la existencia de un orden económico en el mundo del fútbol que impidiera pagar por un jugador lo necesario. Mucho o poco, según las arcas de cada cual y del tiempo que calculara para amortizar el traspaso.
Según Laporta esas normas existen, el problema es que sólo él las conoce. No sabía de su existencia el olvidado José Luis Núñez cuando fichó a Maradona en 1982 por 1.200 millones de pesetas y reventó el mercado para una década, pero seguro que entonces el presi culé aplaudió a rabiar la llegada del Pelusa. Y eso que, apenas un año antes, Schuster les había costado 140 millones de nada. O en 1989, cuando el FC Barcelona "distorsionó" el mercado gastándose 2.250 millones de pesetas en hacer un equipo nuevo tras el famoso Motín del Hesperia. O, ¡cómo olvidarlo!, los 150 millones de € de la cláusula de Messi. ¿Todo eso no distorsiona el mercado?
Ahora Laporta está ansioso, con lo bien que dormía con Ramón Calderón -es un decir- y eso que el palentino le ganó dos Ligas. Pero Calderón era un inocente, un personaje que se abrazaba con las farolas y se hacía fotos con la camiseta del Barça en las manos mientras dilapidaba el buen nombre y el presupuesto del club en jugadores como Faubert o Van der Vaart.
Pero llegó Florentino y se acabó la diversión. El ser superior está aquí para enseñar las fauces. De sus momentos estelares es inolvidable el "Never, never, never", del fichaje de Beckham, que en catalán quiere decir es "Prepárate porque te la voy a meter (por la escuadra)". Hablar del Sr. Pérez también es recordar a Luis Figo, el traidor, y aquella cabeza de cerdo en el césped del Nou Camp que valió una sanción de cierre del estadio nunca se ejecutada.
El presidente del Madrid se ha cansado de decir que ningún jugador del Barcelona es objetivo suyo, pero aún así Laporta le teme y piensa que en cualquier momento Messi coge el puente aéreo y a él le ponen en una diana azul y grana. Lo sabe y se tienta la ropa cada vez que le preguntan en TV3 o le interrogan en las ruedas de prensa. A su favor tiene, clarament, a la prensa condal, sobre todo La Vanguardia, que día sí y día también saca estudios sobre "la burbuja de los fichajes de oro madridistas", "la especulación inmobiliaria de Florentino" o "la sombra de la financiación", éste último escrito por un profesor universitario de la UB especialista en Economía Financiera y Contabilidad. ¡Cómo son los cátedros, valen para todo!
El primer gol de Kaká ha sido poner nervioso a Joan Laporta, más aún que en aquel verano que se quitó los pantalones en el aeropuerto de El Prat porque el arco detector le pitaba. Hasta tal extremo está atacao que ya no habla del flamante tri-plete, sino de los fichajes de Florentino. Tri-vial Laporta.
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